Presentación

En Educación y Educadores estamos convencidos de que los resultados de la investigación tienen que llegar no solo a la pequeña camarilla de autodenominados expertos, sino que deben ponerse al alcance de toda la comunidad académica y profesional de la educación, y eso tratamos de hacer. Sin embargo, no es una tarea fácil, no solo por las consabidas razones de los costos de una publicación y la complejidad de los procesos editoriales, sino por la ardua tarea de arbitraje de los artículos. Quizás el mayor obstáculo es la difícil medición del impacto del conocimiento divulgado, y no porque este no exista, sino porque no se logra evidenciar a través de los indicadores establecidos.

El indicador de impacto más comúnmente aceptado es el número y frecuencia de citaciones de los artícu­los publicados, lo que supone que la revista se encuentra a disposición de los investigadores y que estos valoran su contenido. Pero supone también, y lo exige, la existencia de una cierta cultura de confianza por la producción de los colegas, de aprecio por lo nuestro, por lo propio. Aprecio y confianza no por el hecho de que sea de nuestra misma comunidad lingüística y cultural, o incluso nacional o local, sino en virtud del rigor avalado por los árbitros y la coherencia interna del trabajo, su pertinencia y actualidad.

Invitamos a los lectores a aprovechar y dejar constancia, en sus trabajos académicos, de los aportes que hacen los artículos publicados en nuestra revista. Los invitamos también a convertirse en autores y a enriquecer con sus aportes las prácticas y las teorías particulares de los integrantes de la comunidad académica nacional.

El presente número pone a disposición de los lectores nueve artículos de autores nacionales e internacionales, en torno a alguna de las principales cuestiones de actualidad de la práctica y la teoría educativas, como son la incorporación de las TIC en los procesos educativos, la autoevaluación institucional y su relación con los procesos de aseguramiento de la calidad, diversas dimensiones de la familia como agente educativo, la formación humana de los universitarios y, finalmente, los avances y limitaciones de la cons­trucción del Espacio Europeo de Educación.

Agradecemos la generosa y desinteresada colaboración de los autores y árbitros. Esperamos seguir contando con su apoyo.

 

Ciro H. Parra-Moreno

Director-Editor