Investigación pedagógica


Efectos emocionales y estrategias de afrontamiento en universitarios mexicanos durante la pandemia de covid-19

Emotional effects and coping strategies in Mexican university students during Covid-19

Efeitos emocionais e estratégias de enfrentamento em universitários mexicanos durante a pandemia da covid-19



10.5294/edu.2022.25.1.2


Martha Leticia Gaeta González1
María del Socorro Rodríguez Guardado2
Laura Gaeta González3

1 0000-0003-1710-217X Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México. marthaleticia.gaeta@upaep.mx

2 0000-0002-1575-2403 Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México. mariadelsocorro.rodriguez@upaep.edu.mx

3 0000-0001-5493-9636 Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México. laura.gaeta@upaep.mx


Recepción: 08/05/2021
Envío a pares: 24/06/2021
Aceptación por pares: 11/12/2021
Aprobación: 28/02/2022

Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Gaeta, M. L., Rodríguez, M. S. y Gaeta, L. (2022). Efectos emocionales y estrategias de afrontamiento en universitarios mexicanos durante la pandemia de covid-19. Educación y Educadores, 25(1), e2512. DOI: https://doi.org/10.5294/edu.2022.25.1.2



Resumen

Este estudio se enfocó en analizar los efectos emocionales y las estrategias de afrontamiento de estudiantes universitarios mexicanos durante el confinamiento por covid-19. Participaron 1.290 estudiantes de diferentes instituciones de educación superior, quienes respondieron un cuestionario de autoinforme en línea. Se realizaron análisis descriptivos, comparativos por género y de regresión. Los resultados indicaron gratitud, alegría y esperanza como principales emociones experimentadas por los universitarios. Sin embargo, las mujeres evidenciaron en mayor medida emociones asociadas a la incertidumbre, incluyendo la ansiedad. Las estrategias de afrontamiento más frecuentes fueron aquellas que contribuyen a la reinterpretación de la situación. Factores como vivir con la familia, caminar/correr, tener un espacio personal para estudiar y recursos tecnológicos favorecieron emociones positivas. Por el contrario, salir a consulta médica fue el principal factor de vulnerabilidad, asociándose al miedo, así como a la tristeza, ansiedad y confusión. A partir de estos hallazgos, es necesario plantear acciones educativas y sociales para apoyar a los jóvenes al mejor afrontamiento de esta compleja realidad. Ello implica ajustes en la experiencia educativa y en la vida relacional en general, considerando que las situaciones adversas también pueden llevar a los estudiantes a experimentar vivencias positivas para la continuidad de sus estudios en línea.

Palabras clave (Fuente tesauro de la Unesco): Afectividad; comportamiento; educación superior; estudiante universitario; pandemia.



Abstract

This study focused on analyzing the emotional effects and coping strategies among Mexican university students during Covid-19 confinement. Participants were 1,290 students from different Higher Education Institutions, who answered an online self-report questionnaire. We carried out descriptive, comparative by gender, and regression analyses. Results indicated gratitude, joy, and hope as the primary emotions experienced by university students. However, women experienced more emotions associated with uncertainty, including anxiety. The coping strategies implemented with more frequency were those that contributed to the reinterpretation of the situation. Different factors, such as living with the family, walking/running, having a personal study space, and technological resources, favored positive emotions. On the contrary, having to go to the doctor was the main vulnerability factor associated with fear, sadness, anxiety, and confusion. From these results, it is necessary to plan educational and social actions to support young people to best cope with this complex reality. It implies adjustments to the educational experience and the relational life in general, considering that adverse situations can also lead students to have positive experiences for the continuity of their online studies.

Key words (Source Unesco Thesaurus): Emotions; behavior; higher education; university student; pandemic.



Resumo

Neste estudo, centralizou-se na análise dos efeitos emocionais e das estratégias de enfrentamento de estudantes universitários mexicanos durante o confinamento pela covid-19. Participaram dele 1290 estudantes de diferentes instituições de ensino superior, os quais responderam a um questionário de autorrelato on-line. Foram realizadas análises descritivas, comparativas por gênero e de regressão. Os resultados indicaram gratidão, alegria e esperança como principais emoções experimentadas pelos universitários do estudo. Contudo, as mulheres evidenciaram, em maior medida, emoções associadas com a incerteza, incluindo a ansiedade. As estratégias de enfrentamento mais frequentes foram aquelas que contribuíram para a reinterpretação da situação. Fatores como viver com a família, caminhar ou correr, ter um espaço pessoal para estudar e recursos tecnológicos favoreceram emoções positivas. Por sua vez, ir a uma consulta médica foi o principal fator de vulnerabilidade, associando-se ao medo bem como à tristeza, à ansiedade e à confusão. A partir desses achados, é necessário propor ações educacionais e sociais para apoiar os jovens para enfrentar de melhor forma essa complexa realidade. Isso implica ajustes na experiência educacional e na vida relacional em geral, tendo em vista que as situações adversas também podem levar os estudantes a experiências positivas para continuar seus estudos de modo virtual.

Palavras-chave (Fonte Tesauro da Unesco): Afetividade; comportamento; ensino superior; estudante universitário; pandemia.



La tercera década del siglo XXI ha sorprendido a la humanidad con una pandemia, generada por un nuevo coronavirus identificado como SarS-CoV-2, cuya acelerada propagación ha afectado la salud y la vida de millones de personas a nivel mundial en solo unos pocos meses. Ante el estado de emergencia, las acciones de salud han sido las más importantes. Una de las principales medidas precautorias para contener la propagación del virus ha sido el confinamiento en los hogares, que en México fue impuesto a finales de marzo de 2020. El aislamiento y restricción de contacto físico entre la población también involucró el traslado de las clases presenciales en los distintos niveles educativos, incluyendo el universitario, a su impartición mediante la modalidad virtual. Esta forzada transición ha generado diversos desafíos cognitivos y emocionales en los universitarios (Lozano et al., 2020), ya que, como señalan Borgobello et al. (2019), la modalidad virtual puede generar problemáticas logísticas (horarios de clase), tecnológicas (acceso a internet y disposición de equipo) y socioafectivas.

A su vez, como señalan Lazarus y Folkman (1984), las situaciones percibidas como incontrolables o amenazantes suelen generar distintas manifestaciones emocionales de manera combinada. El confinamiento por covid-19, como han documentado distintos investigadores (Cao et al., 2020; González et al., 2020; Johnson et al., 2020; Sandín et al., 2020) ha tenido un fuerte impacto emocional en los jóvenes, como preocupación, nerviosismo, ansiedad, miedo y angustia. Sin embargo, también destacan sentimientos positivos como responsabilidad, cuidado, interés y valoración de los otros (Johnson et al., 2020; Sandín et al., 2020). Así también, se ha observado que hombres y mujeres procesan las emociones de forma distinta durante situaciones adversas. Diferentes estudios dejan ver que la ansiedad y el estrés se manifiestan con más intensidad en las mujeres (Hendrie y Bustacini, 2020). Por su parte, las situaciones vividas durante el confinamiento podrían incidir de manera diferencial en el estado emocional de los estudiantes. La investigación de Cao et al. (2020) ha puesto de manifiesto que vivir con los padres en zonas urbanas y contar con condiciones adecuadas contribuyó a mitigar la ansiedad por el confinamiento en los jóvenes.

Por otro lado, ante esta excepcional situación, los universitarios deben hacer uso de distintas estrategias para afrontarla, a fin de continuar con sus estudios en línea, esto en función de las características personales y la situación (Lazarus y Folkman, 1984). El afrontamiento está dado por los esfuerzos cognitivos y conductuales empleados para hacer frente a las situaciones que se valoran como estresantes; así, en general, las personas pueden responder ante la situación centrándose en el problema o en las emociones (Lazarus y Folkman, 1986). El afrontamiento centrado en el problema está relacionado con estrategias de resolución de las dificultades de manera conductual, mientras que el enfoque de afrontamiento de tipo cognitivo implica evitar o reevaluar el significado personal. Mediante la evitación, la persona intenta no pensar en lo que le preocupa y a través de la revalorización trata de repensar lo sucedido, transitando de una valoración amenazante de la situación a una más positiva.

De acuerdo con los hallazgos de Vizoso (2019), existen relaciones significativas positivas entre la resiliencia y las estrategias de afrontamiento, que involucran la solución de problemas, la reestructuración cognitiva, la expresión de emociones y la búsqueda de apoyo social. A su vez, según los hallazgos de Piergiovanni y Depaula (2018), las mujeres universitarias tienden a buscar el apoyo social en mayor medida como estrategia de afrontamiento. Sin embargo, en el estudio de Sawhney et al. (2020) no se encontraron diferencias significativas por género entre universitarios de la India en el uso de la reevaluación positiva, la búsqueda de orientación y apoyo, como tampoco en la evitación cognitiva.

El presente estudio tuvo como objetivo general analizar los efectos emocionales y las estrategias de afrontamiento de estudiantes universitarios mexicanos durante el confinamiento por covid-19. De manera específica se buscó: reconocer el estado emocional de los estudiantes durante el confinamiento, identificar los factores vivenciales que pudieran influir en las emociones de los estudiantes y examinar las estrategias de afrontamiento usadas por estos.


Metodología

La muestra estuvo conformada por 1.290 estudiantes universitarios de distintas regiones del territorio mexicano (Tabla 1), con edad promedio de 24,22 (SD = 7,98), de los cuales el 70,23% son mujeres (n = 906), el 29% hombres (n = 378) y el 0,47% no especificó su género (n = 6). Los estudiantes se encontraban matriculados en diferentes programas académicos (Tabla 2) de licenciatura (84,2%) y posgrado (15,8%) de instituciones privadas (64,2%) y públicas (35,8%) del país.

Tabla 1. Distribución de participantes por región del país (n = 1.290)

Región del país

Porcentaje

Participantes (n)

Centro

57,1%

736

Sur-Sureste

24,3%

314

Noroeste

13,2%

170

Occidente

4,4%

57

Noreste

1%

13

Nota: La agrupación por región se basó en la clasificación del Diario Oficial de la Federación de 2013.
Fuente: elaboración propia.


Tabla 2. Programa académico de estudios de los participantes (n = 1.290)

Programa académico

n

%

Ciencias Sociales, Administración y Derecho

313

24,3%

Educación

261

20,2%

Área de la Salud

240

18,6%

Ciencias Naturales, Exactas y Computacionales

104

8,1%

Ingeniería, Manufactura y Construcción

85

6,6%

Artes y Humanidades

48

3,7%

Agronomía y Veterinaria

19

1,5%

Sin especificar

220

17%

Nota: La agrupación por programa académico se basó en la clasificación mexicana de programas de estudio
por campos de formación académica del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2011.
Fuente: elaboración propia.


Variables e instrumentos

Para indagar sobre el estado emocional de los universitarios, se les pidió seleccionar, de una lista de 15 emociones –aburrimiento, alegría, ansiedad/preocupación, compasión, confusión, desesperación, desinterés, enojo, esperanza, frustración, gratitud, miedo, soledad, tranquilidad, tristeza (Bisquerra, 2009; Pekrun et al., 2005)–, en qué medida habían experimentado alguna(s) de estas durante el confinamiento. Para evaluar las estrategias de afrontamiento emocional de los estudiantes se utilizó la adaptación argentina del Coping Resources Inventory (Moos, 1993) por Ongarato et al. (2009). Para este estudio se buscó que los ítems aplicaran a la situación de confinamiento. El instrumento con 13 ítems (de los 22 originales) evalúa el afrontamiento cognitivo y conductual en cuatro dimensiones: 1) afrontamiento por aproximación cognitiva (4 ítems; α = 0,65); 2) afrontamiento por aproximación conductual (3 ítems; α = 0,69); 3) afrontamiento por evitación cognitiva (3 ítems; α = 0,55); 4) afrontamiento por evitación conductual (3 ítems; α = 0,50). El instrumento total presenta un índice de fiabilidad de α = 0,80.

Para precisar las distintas estrategias de afrontamiento empleadas, se usó la adaptación mexicana del Cuestionario de Afrontamiento del Estrés (Sandín y Chorot, 2003) por González y Landero (2007). El instrumento del estudio estuvo conformado por 21 ítems (de los 42 originales), tres por factor, que evalúan los estilos de afrontamiento, en siete dimensiones: 1) focalizado en la solución del problema (α = 0,71); 2) autofocalización negativa (α = 0,55); 3) reevaluación positiva (α = 0,66); 4) expresión emocional abierta (α = 0,71); 5) evitación (α = 0,50); 6) búsqueda de apoyo social (α = 0,75); 7) religión (α = 0,66). El instrumento total presenta un índice de fiabilidad de α = 0,80.

Los ítems de las tres escalas anteriores tienen opciones de respuesta tipo Likert de cinco puntos. Adicionalmente, se incluyeron preguntas sobre datos sociodemográficos y académicos de los estudiantes: género, edad, universidad (pública/privada), nivel de estudios (licenciatura/posgrado) y programa (codificado por área disciplinar). Además de preguntar sobre algunos factores vivenciales durante el confinamiento: estado del país (codificado por región), medio (urbano, semiurbano y rural) y personas con las que vivían (familia, amigos/conocidos, vivía solo/a), recursos tecnológicos (internet, computadora, otros dispositivos electrónicos) y espacios de la vivienda para el esparcimiento (patio y/o jardín, sala de televisión) y para continuar con los estudios a distancia. Asimismo, se preguntó en qué medida habían tenido que salir de casa durante el confinamiento (por abastecimiento de víveres, consulta médica, trabajo, visitas a familiares/amigos, eventos sociales, caminar/correr y paseo de mascotas).

Procedimiento y análisis de datos

La información se recolectó en línea, durante junio-julio 2020, mediante la aplicación Google Forms. Los datos de los participantes se protegieron en todo momento, bajo estricta confidencialidad, siguiendo la Declaración de Helsinki y la aprobación del Comité de Ética Universitario. El estudio siguió un diseño no experimental, transversal, descriptivo y correlacional. En primer lugar, se analizó la estructura interna de los instrumentos, así como la normalidad de los datos. Posteriormente, se realizaron análisis descriptivos (media y desviación típica) y de frecuencia de las distintas variables de estudio, comparativos no paramétricos por género (mediante U de Mann-Whitney) y análisis de regresión (mediante pasos sucesivos hacia adelante). Los estadísticos se realizaron a través del software SPSS v.22.


Resultados

Factores vivenciales

Como se muestra en la Tabla 3, una mayoría de participantes (69%) vivía en un entorno urbano. Casi en su totalidad compartía vivienda con familiares (95,5%) y contaban con espacios para esparcimiento (92,9%). Un número representativo tenía un espacio personal para el estudio (78,3%), con luz y ventilación natural (66%), conexión a internet (92,9%), computadora y otros dispositivos electrónicos (86,7%).

Tabla 3. Condiciones de vivienda de los participantes (n = 1.290)

Variable

n

%

Ubicación de vivienda

 Urbana

890

69%

 Semiurbana

273

21,2%

 Rural

127

9,8%

Compartir vivienda

Con familia

1.232

95,5%

Con amigos/conocidos

21

1,6%

Vive solo

33

2,6%

Sin datos

4

0,3%

Espacios para esparcimiento

 Patio-jardín y sala TV

821

63,6%

 Patio-jardín o sala TV

377

29,3%

 Ninguno

92

7,1%

Espacio personal para el estudio

1.010

78,3%

No

280

21,7%

Luz y ventilación para el estudio

852

66%

No

438

34%

Conexión a internet

1.199

92,9%

No

91

7,1%

Recursos tecnológicos

Computadora y otros dispositivos electrónicos

1.119

86,7%

Otros dispositivos

117

9,1%

Computadora

54

4,2%

Fuente: elaboración propia.


La Tabla 4 muestra las razones y frecuencia de salidas de casa de los participantes durante el confinamiento. Por abastecimiento de víveres, 38,40% salieron una vez por semana y solo 13% no salieron nunca. Por el contrario, en su mayoría nunca salieron de casa por consulta médica (69,4%), trabajo (67,1%), visita a familiares/amigos (49,1%), eventos sociales y reuniones (77,8%), caminar/correr (59,6%) o paseo de mascotas (72,1%).


Estado emocional de los universitarios

Como se observa en la Tabla 5, las emociones más frecuentemente reportadas en promedio por los universitarios fueron de tipo positivo: gratitud, alegría y esperanza, seguidas por estados como ansiedad/preocupación, aburrimiento y frustración. Por su parte, las emociones con menor presencia fueron desinterés y soledad. Teniendo en cuenta las diferencias por género, la ansiedad fue, después de gratitud, el estado más frecuente en las mujeres, mientras que los hombres, después de gratitud, manifestaron tranquilidad, seguida por alegría y esperanza. Las únicas emociones en las que los hombres reportaron niveles promedio mayores respecto a las mujeres fueron tranquilidad y esperanza. Por su parte, emociones como frustración, confusión, tristeza, enojo, miedo, aburrimiento y desesperación fueron, en promedio, significativamente más altas en el género femenino respecto al masculino. Sin embargo, las mujeres reportaron compasión en mayor medida que los hombres. Finalmente, en el grupo masculino la emoción menos presente fue miedo, mientras que en el género femenino fue desinterés.

Tabla 4. Razones y frecuencia de salidas de casa de los participantes (n = 1,290)

Razones de salida de casa

Frecuencia de salida

Nunca

Dos o tres veces al mes

Una vez a la semana

Más de una vez a la semana

Todos los días

No aplica

Abastecimiento de víveres

13%
(n = 168)

36,4%
(n = 470)

38,4%
(n = 496)

9,7%
(n = 125)

1,6%
(n = 21)

0,8%
(n = 10)

Consulta médica

69,4%
(n = 895)

21,9%
(n = 283)

2,6%
(n = 34)

0,9%
(n = 11)

0%
(n = 0)

5,2%
(n = 67)

Por trabajo

67,1%
(n = 865)

9,1%
(n = 118)

5,2%
(n = 67)

7,1%
(n = 92)

7,4%
(n = 96)

4%
(n = 52)

Visitas a familiares/ amigos

49,1%
(n = 633)

35,3%
(n = 455)

10,2%
(n = 132)

1,9%
(n = 24)

0,2%
(n = 3)

3,3%
(n = 43)

Eventos sociales y reuniones

77,8%
(n = 1004)

15%
(n = 194)

2,1%
(n = 27)

0,5%
(n = 6)

0%
(n = 0)

4,6%
(n = 59)

Caminar/correr

59,6%
(n = 769)

14%
(n = 180)

12,5%
(n = 161)

6,7%
(n = 87)

3,7%
(n = 48)

3,5%
(n = 45)

Paseo de mascotas

72,1%
(n = 930)

8,3%
(n = 107)

7,6%
(n = 98)

4,7%
(n = 60)

3,7%
(n = 48)

3,6%
(n = 47)

Fuente: elaboración propia.


Tabla 5. Emociones experimentadas durante el confinamiento (n = 1.290)

Emoción

Muestra total M (DT)

Mujeres M (DT)

Hombres M (DT)

Z

Compasión

3,18 (1,11)

3,25 (1,07)

2,99 (1,16)

4,02***

Tranquilidad

3,31 (1,03)

3,20 (1,00)

3,60 (1,04)

6,3***

Esperanza

3,39 (1,08)

3,36 (1,05)

 3,48 (1,14)

2,02*

Gratitud

3,72 (1,08)

3,77 (1,07)

3,61 (1,11)

2,29*

Alegría

3,50 (0,95)

3,48 (0,92)

3,55 (1,04)

1,45

Soledad

2,63 (1,18)

2,64 (1,13)

2,58 (1,29)

1,32

Enojo

2,96 (0,99)

3,05 (0,95)

2,73 (1,05)

5,15***

Frustración

3,21 (1,05)

3,33 (1)

2,90 (1,10)

6,43***

Aburrimiento

3,24 (1,21)

3,29 (1,18)

3,13 (1,28)

2,11*

Miedo

2,71 (1,19)

2,86 (1,15)

2,36 (1,18)

7,12***

Confusión

2,90 (1,18)

3,04(1,15)

2,57 (1,19)

6,37***

Tristeza

3,00 (1,11)

3,16 (1,06)

2,62 (1,14)

7,92***

Ansiedad/ preocupación

3,33 (1,17)

3,52 (1,07)

2.,88 (1,26)

8,45***

Desinterés

2,51 (1,19)

2,52 (1,19)

2,47 (1,19)

0,87

Desesperación

2,95 (1,21)

3,10 (1,17)

2,58 (1,23)

6,95**

Nota: El valor Z corresponde a los casos con diferencias significativas en función del género;
se señala con negrillas el grupo que obtuvo el puntaje promedio más alto (*p < 0,05; **p < 0,01; ***p < 0,001).
Fuente: elaboración propia.


Factores vivenciales que inciden en los estados emocionales

En la Tabla 6 se muestran los resultados sobre la incidencia de los factores vivenciales (variable independiente) en los estados emocionales positivos de los estudiantes (variable dependiente). Los coeficientes de regresión con signo positivo corresponden a un factor de protección, mientras que los signos negativos indican que es un factor de vulnerabilidad. En conjunto, se observan cuatro factores protectores (contar con un espacio personal para estudiar, recursos tecnológicos, salir a caminar/correr y a reuniones/eventos sociales) y dos factores de vulnerabilidad (salir a consulta médica y visitar a familiares/amigos). Específicamente, el espacio personal para estudiar incide positivamente en la esperanza. Asimismo, contar con los recursos tecnológicos influye en la tranquilidad y alegría. Ambos factores inciden en la compasión y gratitud. Además, correr/caminar impulsó la esperanza y tranquilidad. Realizar visitas a familiares/amigos incide de manera negativa en la tranquilidad. Sin embargo, asistir a las reuniones/eventos sociales influye de manera positiva en la tranquilidad y alegría.

Tabla 6. Modelos predictivos de emociones positivas (n = 1.290)

 

R2

B

ET B

Beta

r parcial

Compasión

0,021*

       

Recursos tecnológicos

 

0,155

0,072

0,06*

0,062

Tranquilidad

0,069***

       

Espacio personal para estudiar

 

0,333

0,085

0,13***

0,114

Recursos tecnológicos

 

0,238

0,066

0,11***

0,104

Consulta médica

 

-0,160

0,053

 -0,09**

-0,088

Reuniones/eventos sociales

 

0,148

0,066

0,07*

0,066

Visita a familiares/amigos

 

-0,085

0,042

 -0,06*

-0,059

Caminar/correr

 

0,074

0,029

0,08*

0,075

Esperanza

0,047***

       

Espacio personal para estudiar

 

0,306

0,090

0,12***

0,099

Recursos tecnológicos

 

0,170

0,071

0,07*

0,070

Caminar/correr

 

0,088

0,030

0,09**

0,084

Gratitud

0,035***

       

Recursos tecnológicos

 

0,177

0,071

0,07*

0,072

Alegría

0,032***

       

Espacio personal para estudiar

 

0,187

0,078

0,08*

0,069

Recursos tecnológicos

 

0,180

0,061

0,09**

0,085

Reuniones/eventos sociales

 

0,121

0,061

0,06*

0,058

*p < 0,05; **p < 01; ***p < 0,001.

       

Fuente: elaboración propia.


La Tabla 7 presenta los resultados sobre la incidencia de los factores vivenciales (variable independiente) en los estados emocionales negativos de los estudiantes (variable dependiente). Los coeficientes de regresión con signo positivo corresponden a un factor de vulnerabilidad, mientras que los signos negativos indican que es un factor de protección. En conjunto, se observan cuatro factores de protección (contar con un espacio personal para estudiar, salir por trabajo, a caminar/correr y a reuniones/eventos sociales) y cuatro factores de vulnerabilidad (compartir o no vivienda, salir por consulta médica, abastecimiento de víveres o visitar a familiares/amigos).

Específicamente, contar con un espacio personal para estudiar incide de manera negativa en la soledad, enojo y ansiedad/preocupación. Salir a caminar/correr incide negativamente en la tristeza. Ambos factores inciden negativamente en la frustración y desesperación. Salir a trabajar incide negativamente en la ansiedad/preocupación y tristeza y asistir a reuniones/ eventos sociales incide negativamente en la confusión. Por su parte, salir a consulta médica es el único factor que incide positivamente en el miedo e influye positivamente en la tristeza, ansiedad/preocupación, confusión, desesperación y enojo. Salir por abastecimiento de víveres incide positivamente en el enojo y visitar a familiares/amigos incide positivamente en la desesperación. Finalmente, quienes no están viviendo con familiares/amigos tienden a sentirse solos.

Tabla 7. Modelos predictivos de emociones negativas (n = 1.290)

 

R2

B

ET B

Beta

r parcial

Soledad

0,030**

       

Compartir (o no) vivienda

 

0,147

0,054

0,08**

0,079

Espacio personal para estudiar

 

-0,208

0,099

-0,07*

-0,061

Enojo

0,025**

       

Espacio personal para estudiar

 

-0,184

0,083

-0,08*

-0,065

Abastecimiento de víveres

 

0,070

0,034

0,06*

0,060

Consulta médica

 

0,119

0,052

0,07*

0,067

Frustración

0,029**

       

Espacio personal para estudiar

 

-0,262

0,088

-0,10**

-0,087

Caminar/correr

 

-0,062

0,030

-0,07*

-0,061

Miedo

0,024*

       

Consulta médica

 

0,218

0,062

0,10***

0,102

Confusión

0,032***

       

Consulta médica

 

0,184

0,061

0,09**

0,087

Reuniones/eventos sociales

 

-0,159

0,076

-0,07*

-0,061

Tristeza

0,042***

       

Consulta médica

 

0,229

0,058

0,12***

0,115

Salida por trabajo

 

-0,062

0,027

-0,07*

-0,067

Caminar/correr

 

-0,100

0,031

-0,1**

-0,092

Ansiedad/preocupación

0,032**

       

Espacio personal para estudiar

 

-0,269

0,098

-0,09**

-0,079

Consulta médica

 

0,226

0,061

0,11***

0,107

Salida por trabajo

 

-0,060

0,029

-0,06*

-0,061

Desinterés

0,025**

       

Espacio personal para estudiar

 

-0,228

0,100

-0,08*

-0,067

Consulta médica

 

0,181

0,062

0,08**

0,085

Desesperación

0,039***

       

Espacio personal para estudiar

 

-0,242

0,102

-0,08*

-0,069

Consulta médica

 

0,144

0,063

0,07*

0,066

Visita a familiares/amigos

 

0,105

0,050

0,07*

0,061

Caminar/correr

 

-0,087

0,034

-0,08*

-0,073

* p < 0,05; ** p < 0,01; ***p < 0,001.

       

Fuente: elaboración propia.


Estrategias de afrontamiento

Respecto a las estrategias de afrontamiento de aproximación o evitación, a nivel cognitivo o conductual, como se muestra en la Tabla 8, las más utilizadas por los universitarios fueron de aproximación cognitiva, asociada a la reevaluación de la situación, y fueron más usadas por los hombres. En segundo lugar, se emplearon estrategias de evitación conductual, mediante actividades para no pensar en el problema; no se observaron diferencias significativas en función del género. En cuanto a la evitación cognitiva, orientada a no pensar en la situación, aunque refleja una baja respuesta de los participantes, en las mujeres hubo una mayor tendencia. La estrategia menos empleada fue la de aproximación conductual, indicando que no fue frecuente pedir apoyo a amistades o compañeros durante el confinamiento, sin diferencias significativas por género.

Tabla 8. Estrategias de afrontamiento de los participantes (n = 1.290)

Estrategia

Muestra total (M )

Mujeres (M )

Hombres (M )

Z

Aproximación Cognitiva

3,36 (0,86)

3,40 (0,82)

3,26 (0,93)

2,30*

Aproximación Conductual

2,26 (1,01)

2,28 (1)

2,23 (1,01)

0,99

Evitación Conductual

3,16 (0,88)

3,18 (0,86)

3,13 (0,92)

0,51

Evitación Cognitiva

2,49 (0,92)

2,57 (0,91)

2,29 (0,91)

5,02***

Nota: Las estrategias de afrontamiento están ordenadas según su nivel de frecuencia en la muestra total.
El valor Z corresponde a los casos con diferencias significativas en función del género;
se señala con negrillas el grupo que obtuvo el puntaje promedio más alto (*p < 0,05, **p < 0,01, ***p < 0,001).
Fuente: elaboración propia.

Respecto a las estrategias de afrontamiento más específicas, en la Tabla 9 se observa que la reevaluación positiva fue la más empleada por los universitarios, seguida por la evitación. En ambos casos no hubo diferencias significativas por género. Otra estrategia usada de forma importante fue la focalización en la solución del problema, en la que los hombres reportaron las puntuaciones más altas. Por último, entre las estrategias menos empleadas se encontraron la búsqueda de apoyo social, la religión, la autofocalización negativa y la expresión emocional abierta, siendo las mujeres quienes más las reportaron.

Tabla 9. Estrategias de afrontamiento de los participantes (n = 1.290)

Estrategia

Muestra total (M )

Mujeres M (DE )

Hombres M (DE )

Z

Reevaluación positiva

3,70 (0,77)

3,71 (0,75)

3,69 (0,81)

0,47

Focalizado en solución del problema

3,21 (0,88)

3,15 (0,87)

3,36 (0,90)

3,89***

Evitación

3,35 (0,80)

3,39 (0,78)

3,28 (0,86)

1,77

Búsqueda de apoyo social

2,88 (1,04)

2,97 (1,02)

2,66 (1,05)

4,78***

Expresión emocional abierta

2,56 (0,87)

2,66 (0,86)

2,32 (0,85)

6,35***

Autofocalización negativa

2,52 (0,81)

2,56 (0,79)

2,41 (0,83)

3,22***

Religión

2,22 (1)

2,30 (0,98)

2,05 (1,02)

4,80***

Nota: Las estrategias de afrontamiento están ordenadas según su nivel de frecuencia en la muestra total.
El valor Z corresponde a los casos con diferencias significativas en función del género;
se señala con negrillas el grupo que obtuvo el puntaje promedio más alto (*p < 0,05, **p < 0,01, ***p < 0,001).
Fuente: elaboración propia.


Discusión

Este estudio se enfocó en analizar los efectos emocionales y las estrategias de afrontamiento de estudiantes universitarios mexicanos durante el confinamiento por covid-19, a partir de reconocer su estado emocional, identificar los factores vivenciales que pudieran influir en sus emociones y examinar las estrategias que han usado para afrontarlas. Uno de los principales hallazgos fue que, si bien los estudiantes reportaron estados emocionales como ansiedad/preocupación, aburrimiento y frustración, las emociones más frecuentes fueron gratitud, alegría y esperanza. En consonancia con estos hallazgos, la presencia de experiencias emocionales negativas y positivas durante el confinamiento ha sido reportada en otros estudios (Johnson et al., 2020; Sandín et al., 2020).

Estos resultados pueden ser un reflejo, en parte, de las condiciones vivenciales durante este periodo crítico (Sandín et al., 2020). Como pudo observarse, una mayoría de estudiantes estuvieron viviendo con familiares y contaban con espacios y recursos tecnológicos para continuar con sus estudios, lo cual representó un factor protector ante emociones como ansiedad/preocupación y soledad y, a su vez, promovió emociones como esperanza, tranquilidad y alegría. Asimismo, salir a correr/caminar, a reuniones/eventos sociales o a trabajar fungieron como protectores ante emociones negativas como la ansiedad/preocupación, frustración, desesperación y tristeza derivados del confinamiento, e impulsaron emociones de tranquilidad, esperanza y alegría.

No obstante, en el grupo femenino, la ansiedad fue uno de los estados más frecuentes, lo cual coincide con otros estudios previos (Vidal et al., 2018; Hendrie y Bustacini, 2020; Reyes et al., 2020), que evidencian una respuesta más ansiosa en las mujeres universitarias comparada con la de los hombres. A su vez, otras emociones, como frustración, confusión, tristeza, enojo, miedo, aburrimiento y desesperación fueron, en promedio, significativamente mayores en las mujeres. Esta experiencia afectiva resulta congruente con una vivencia que implica incertidumbre, modificación de la rutina y algunas pérdidas.

Además, este hallazgo es consistente con el de Sandín et al. (2020), quienes encontraron que la crisis sanitaria ha generado emociones vinculadas a la preocupación, nerviosismo e inquietud. Orellana y Orellana (2020) también destacan una mayor incidencia de emociones negativas en las mujeres, pero precisan que esto se debe a las altas demandas de actividades en la gestión del hogar y el cuidado de familiares y, en algunos casos, al sufrimiento por la violencia. Otra explicación surge del estudio de Extremera et al. (2007), quienes encontraron que las mujeres prestan mayor atención a las emociones que los varones, mientras que estos últimos informan de una mayor capacidad para reparar sus estados emocionales.

Cabe destacar que, si bien las mujeres presentan mayores emociones negativas respecto a los hombres, también muestran niveles de compasión más altos (que podría vincularse con la empatía), e, independientemente de los niveles emocionales reportados, la alegría no varía de forma significativa entre géneros. Por su parte, los resultados revelan un perfil más favorable en los hombres, ya que, después de la gratitud, las emociones más frecuentes fueron tranquilidad, alegría y esperanza.

Otro hallazgo relevante fue que visitar a familiares/amigos y salir a consulta médica fueron factores de vulnerabilidad, que predicen altos niveles de tristeza, ansiedad/preocupación, confusión, desesperación y enojo. A su vez, salir a consulta médica incidió en el miedo de los participantes. Cabe señalar que en el caso de los hombres el miedo fue la emoción menos frecuentemente reportada y el aburrimiento superó a la ansiedad/preocupación. Esto podría estar relacionado con las expectativas ligadas al género en nuestra cultura, que siguen presentes aún en las generaciones más jóvenes (Rocha y Díaz, 2014), por lo que habrá que ahondar en su estudio en futuras investigaciones.

En cuanto a las estrategias de afrontamiento, se observa que los universitarios han adoptado principalmente estrategias de aproximación cognitiva, que implica decirse mensajes que los animen, pensar que están mejor que otras personas en la misma situación y que las cosas podrían estar peor. Esto es más acentuado en el grupo masculino. De forma complementaria, sin diferencias entre géneros, los universitarios emplearon estrategias de evitación conductual, que implica realizar distintas actividades como leer, escuchar música y encontrar diferentes formas de no pensar en el problema. Estos hallazgos son coincidentes, en general, con los encontrados por Baloran (2020), al evaluar estrategias de tipo conductual en los estudiantes, observando la realización de actividades relajantes como deportes, ejercicio y música durante el confinamiento por la pandemia.

A su vez, la reevaluación positiva es otro recurso cognitivo utilizado, que se traduce en la búsqueda de aspectos favorables de la vivencia, revalorar lo que es importante y darse cuenta de que hay cosas buenas, así como personas que se preocupan por los demás frente a las situaciones adversas. En esta misma línea cognitiva, los estudiantes se han centrado en estrategias focalizadas en la solución del problema, al analizar las causas de la situación para hacerle frente, realizando un plan de acción. Al respecto, Vizoso (2019) destaca que las estrategias de afrontamiento centradas en el problema han mostrado una relación positiva con la resiliencia, lo cual puede estar asociado al perfil positivo general que se presenta en el presente estudio. Estos hallazgos concuerdan también con lo reportado por Vidal et al. (2018), quienes evidencian que las acciones realizadas por los universitarios para restaurar el equilibrio sistémico provocado por estresores académicos fueron, principalmente, concentrarse en resolver la situación preocupante y elaborar un plan y ejecución de sus tareas.

Por otra parte, la evitación cognitiva, aunque refleja una respuesta esporádica, muestra que las mujeres presentaron una mayor tendencia a mecanismos como la negación de la gravedad de la situación, no querer pensar en esta o en la generación de ideas asociadas a la desesperanza por no poder controlar la circunstancia. En general, la estrategia cognitiva con menor presencia fue la autofocalización negativa, que implica atribuirse las consecuencias negativas y que, en este caso, podría explicarse dado que la situación misma resulta ajena a la voluntad de los estudiantes.

Por otra parte, la estrategia menos empleada por ambos géneros fue la aproximación conductual, lo cual evidencia que no fue frecuente pedir apoyo a amistades o compañeros durante el confinamiento. Esto contrasta con lo reportado por Piergiovanni y Depaula (2018), quienes encontraron que las mujeres, en mayor medida que los hombres, intentan identificar personas o redes de apoyo que puedan ayudarlas a manejar una situación estresante. La expresión emocional abierta fue otra de las emociones menos empleadas, junto con la religión, aunque esta se acentúa en las mujeres. Estos hallazgos coinciden con lo reportado por Vidal et al. (2018), quienes encontraron que las mujeres utilizan más las confidencias (verbalización de la situación que les preocupa) como estrategia de afrontamiento; asimismo, una de las acciones más infrecuentes en los estudiantes frente al estrés fue el apelar a la religiosidad. Sin embargo, hay una coincidencia parcial con Piergiovanni y Depaula (2018) en el sentido de que los jóvenes de 18 a 22 años recurren a la expresión emocional abierta y no a la religiosidad.


Conclusiones

Los hallazgos descritos evidencian el estado emocional de los universitarios durante el confinamiento, así como la mayor vulnerabilidad de las mujeres. Además de la relevancia de que los estudiantes asuman estrategias de afrontamiento enfocadas en la reevaluación de la situación y la toma de acciones para lograr un estado emocional más positivo, si se considera la frecuencia con la que los participantes utilizaron cada tipo de estrategia, los hallazgos aquí presentados resultan muy similares a los de Piergiovanni y Depaula (2018), quienes refieren que, después de la reevaluación positiva, es frecuente observar en los estudiantes universitarios autofocalización negativa, reevaluación positiva, expresión emocional abierta, evitación, búsqueda de apoyo social y, en menor medida, de la religión. La principal diferencia radica en que en este estudio no se observó una presencia de la autofocalización negativa, pues la pandemia es en principio una circunstancia ajena a la persona.

Es importante destacar que, si bien en otros estudios con estudiantes universitarios el estado psicológico y anímico ha demostrado ser el más afectado (Cao et al., 2020; González et al., 2020; Johnson et al., 2020), varios factores vivenciales de los estudiantes han fungido como protectores ante las emociones negativas derivadas del confinamiento. Para futuras investigaciones consideramos necesaria una mayor representatividad de las diferentes regiones y entornos del país que confirmen estos resultados. Específicamente resulta importante analizar los aspectos aquí estudiados en entornos rurales. A su vez, como apuntan Lozano et al. (2020), será importante analizar el papel del capital social en línea como apoyo emocional de los universitarios.

Consideramos que los hallazgos de este estudio pueden resultar relevantes para la implementación de acciones formativas encaminadas a ayudar a los universitarios a generar estrategias activas para afrontar los efectos emocionales derivados de la pandemia, que contribuya a su bienestar emocional y a la continuidad de sus estudios a distancia, además de prevenir consecuencias futuras. En este sentido, como señala Bisquerra (2009), es fundamental promover y fortalecer la inteligencia emocional de los jóvenes, para gestionar sus emociones de cara a un mayor bienestar y calidad de vida.

Además, es fundamental ser flexibles en los casos en que los estudiantes no cuentan con los recursos tecnológicos y las condiciones vivenciales adecuadas. Igualmente, es prioritario proponer un plan estratégico de intervención, por ejemplo, en la forma de apoyo psicológico para aquellos estudiantes que se encuentran viviendo solos –teniendo en cuenta que las emociones negativas, como la soledad, dejan a los estudiantes desprotegidos–, para obtener un bienestar emocional que a su vez permita la concentración en el estudio (Brooks et al., 2020), ya que, como señalan De la Fuente et al. (2020), el mantener estados emocionales positivos promueve un mayor involucramiento en el aprendizaje.



Referencias

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