Presentación

Uno de los cuestionamientos contemporáneos más frecuentes que se hacen a la universidad es la supuesta falta de compromiso con la realidad social; compromiso entendido casi siempre en términos de algún tipo de militancia ideológica -política, económica o social-. Es claro, por supuesto, que la universidad debe estar en sintonía con las necesidades sociales, con las realidades humanas todas; debe ocuparse de ellas como uno de sus objetos de estudio. Pero pretender que este sea su único cometido es condenarla a una función puramente pragmática y, por ese camino, negarle carta de identidad al cultivo de los saberes desinteresados.

El cultivo del saber superior, desinteresado y teórico, como fin propio de la universidad, no solo no riñe con la generación de conocimientos prácticos productivos, sino que, en sentido estricto, es una condición de posibilidad para que estos realmente contribuyan al desarrollo humano de la sociedad.

Educación y Educadores está abierta a todo tipo de contribuciones, también a aquellas que pretenden aportar a la reflexión teórica sobre el quehacer educativo y sobre su relación con las múltiples dimensiones de la realidad social.

Invitamos a los lectores a participar en los foros virtuales de la Revista. Agradecemos la colaboración de los autores y árbitros, que hacen posible nuestra publicación.

Ciro Parra-Moreno
Director-Editor